En nuestro trabajo con personas y organizaciones experimentamos lo edificante y sostenible que es la experiencia de la autoeficacia para el desarrollo y el cambio. El éxito impresiona una y otra vez y nos enorgullece. 

Al mismo tiempo, es una triste realidad que en muchas regiones de nuestro mundo la autodeterminación y las oportunidades de desarrollo personal son raramente posibles debido a las condiciones generales que allí imperan. A gran parte de la población de África Oriental se le niegan oportunidades elementales de desarrollo porque no tiene acceso a agua potable, a pesar de que se trata de un derecho humano. Una situación inimaginable para nosotros y que afecta sobre todo a mujeres y niños, que a menudo pasan horas organizando las cantidades de agua que necesitan. La educación, la escuela y el empleo remunerado son víctimas de estas tareas cotidianas.

Como agentes del cambio, nos resulta difícil aceptar sin más esta situación. Queremos que las cosas se muevan, aún si no están ocurriendo en nuestra puerta.
Por eso es que nosotros, como empresa, asumimos nuestra responsabilidad. Allí donde faltan las necesidades más básicas de la vida -agua limpia, saneamiento e higiene-  es donde se necesita un apoyo fundamental para el cambio. 

Para nosotros, asumir la responsabilidad como empresa
significa actuar como ciudadanos del mundo y hacer
una contribución activa y sostenible que además aumente
ealmente la igualdad de oportunidades para los demás.